Sólo los movimientos relativamente rápidos que no duran más de este tiempo utilizan principalmente esta fuente de energía. El salto en el baloncesto, la primera repetición en el entrenamiento con pesas o el saque en el tenis son ejemplos de actividades físicas que utilizan esta fuente de energía.
La principal vía energética implicada en el mantenimiento de niveles estables de ATP en el músculo es la vía del fosfato lactato. Un exceso de fosfato lactato puede interferir en la contracción muscular, por lo que debe reducirse la intensidad del ejercicio. El lactato debe ser eliminado de las fibras musculares en contracción para que el músculo siga contrayéndose.
Esto se consigue mediante procesos metabólicos que tienen lugar principalmente en los músculos y el hígado. El metabolismo del lactato se produce durante el ejercicio, especialmente en reposo tras el final de la contracción muscular.
La glucólisis anaeróbica es la principal vía metabólica durante el ejercicio y dura entre 15-20 segundos y 3 minutos a máxima intensidad.
El fosfato de creatina también tiene un almacenamiento limitado en los músculos, por lo que esta fuente de energía permite que el esfuerzo dure unos 10 segundos.
Por ejemplo, el rebote en el baloncesto y la carrera de 100 metros en el atletismo son ejemplos de actividades físicas en las que se proporciona esta energía. Tras los primeros segundos de ejercicio intenso, se inicia la vía glucolítica anaeróbica.
Esta vía utiliza el glucógeno almacenado en los músculos, así como el glucógeno hepático y la glucosa sanguínea, que están presentes en cantidades limitadas en el organismo. El ejercicio y una dieta rica en carbohidratos aumentan la cantidad de glucógeno almacenado en el cuerpo.
Cuanto más glucógeno tengan los músculos, más tiempo podrán trabajar a intensidades moderadas. Vías energéticas aeróbicas Tanto la glucosa como los ácidos grasos pueden ser metabolizados en presencia de oxígeno para producir energía a través de un complejo proceso de oxidación.
Utilizando el mecanismo oxidativo, se pueden producir 38 moléculas de ATP, lo que hace que este mecanismo sea 19 veces más importante. Utilizando la glucólisis anaeróbica, se puede formar ácido láctico.
El ácido láctico permite la producción continua de energía, lo que hace posible la realización de ejercicios intensos durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, hay momentos en los que la concentración muscular es más eficiente que la glucólisis anaeróbica. Las grasas proporcionan más energía por gramo que los hidratos de carbono, pero la oxidación de las grasas requiere más oxígeno que los hidratos de carbono.
Las grasas producen 5,6 moléculas de ATP por cada molécula de O de energía, mientras que los hidratos de carbono producen 6,3 moléculas de ATP por cada molécula de O de energía.