deportes · 3 abril, 2021 0

Enseñar a los niños a nadar

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La historia confirma que se trata de un “recién nacido” con un trágico legado de infancia y campo infantil a sus espaldas. Podemos vislumbrar a través de la obra maestra de Lloyd de Maiste, Una historia de la infancia, una obra sobre la ignorancia y la explotación que sufrieron en su día, y que siguen sufriendo hoy, estas pequeñas criaturas en los países pobres y/o subdesarrollados.

En su elocuente historia destaca la referencia a Séneca, que reconoce que “estrangulamos a los niños que son intrínsecamente débiles y anormales”. También podemos constatar la dificultad de definir la propia infancia, como menciona J.J. Ferrero (1990).

Obviamente, no hay consenso entre los autores debido a las diferentes clasificaciones temporales, etapas, fases, etc. En cuanto a la educación, hay que señalar que hubo que esperar hasta el 20 de noviembre de 1989 para que las Naciones Unidas declararon como vinculantes los derechos del niño anteriormente consagrados en la Declaración de Ginebra de 1924.

El artículo 7 expresa el derecho a la educación y al juego. Hay que destacar el hecho histórico de la creación de la “Liga para la Educación Internacional”.

“Nouvelle”, en Calais (1921). Esta corriente de la escuela nueva del siglo XX se caracteriza por el vitalismo, la educación positiva que respeta los intereses del niño. Se destaca la figura de Rousseau, el ilustrado del “Siglo de las Luces”, cuyo Emilio (1762), junto con Froebel, Pestalozzi, Goulet, Cave Ellen. Etter, así como otros, son considerados sus precursores. El representante del nuevo movimiento pedagógico, De Crowley (1906), con sus “principios de globalización” hizo una aportación trascendental a los cambios culturales que impregnan la ideología del modelo educativo actual.

En nuestro país, la LOGSE (1990) fue la primera en abordar la regulación de la enseñanza y el aprendizaje en la primera infancia como parte de la reforma educativa. Los conceptos prescritos, pero cuestionados por su practicidad, deben integrarse sobre la base de un aprendizaje constructivo y participativo. Ya en 1948 se creó la Organización Mundial para la Educación Preescolar.

Y en cuanto a la acuática, es relativamente nueva porque, aunque es una habilidad natural del ser humano (en el sentido de desplazarse, zambullirse y/o nadar en el agua del río o de la orilla, no específicamente “nadar”), no aparece hasta principios del siglo XXI, más concretamente con la creación de la Federación Española de Natación (1920) y posteriormente con el establecimiento de escuelas de entrenadores, desde las que se formaban profesores de natación. Sólo con la aparición de escuelas y clubes deportivos con piscinas propias se impusieron claramente los objetivos utilitarios”. La enseñanza de la natación”.

En consecuencia, el juego quedó en un segundo plano (juego). En cualquier caso, muchos profesores celebran los logros de sus alumnos inaugurando las clases de deportes acuáticos, aunque lo más clásico es la presentación del nivel alcanzado y la entrega de un diploma apropiado al final del curso. Además, la participación de los niños menores de 5 años en las clases de natación era muy limitada, y la Delegación Nacional de Deportes llevó a cabo una campaña publicitaria en todo el país para el “Plan de Natación de Oro” con un programa de natación elemental y de buceo, que supuso la ampliación de la natación en las escuelas.

No fue hasta 1985, con la creación del grupo S.E.A.E. en Barcelona, cuando se introdujo el movimiento educativo francés, centrado en la libre expresión del niño en el agua y ampliando el concepto de “actividad acuática” para distinguirlo del tradicionalismo de “natación”.

En la década de los 90, la actual Real Federación Española de Natación impulsó una visión renovada e innovadora del “comportamiento pedagógico” que realmente amplió este campo de aprendizaje y acabó incorporando la imagen del “profesor de natación” al currículo. La primera* Conferencia sobre Educación en Natación se celebró en Tokio (1990), donde el Dr. Cirigliano presentó “Los derechos de los niños pequeños que nadan y sus familias”. En 1995 se celebró en Melbourne el Congreso Mundial sobre la Educación Acuática de los Niños.

El primer Congreso Mundial de Educación Acuática para Niños se celebró en Oaxaca, México (1997) y el libro Educación Acuática para Niños se publicó en España ese mismo año. El primer Simposio Internacional sobre Natación Infantil se celebró en Madrid (1999) y reunió a varios expertos de renombre mundial para destacar la importancia de la natación en la educación.