deportes · 3 abril, 2021 0

Fibras lentas y fibras rápidas en un ciclista

Algunos corredores experimentados y de sangre fría, que conocen dónde está su punto crítico y, por tanto, saben hasta dónde pueden llegar en las subidas largas, prefieren utilizar una táctica más conservadora, pero a menudo no menos eficaz: no reaccionar al cambio de ritmo y seguir subiendo a la intensidad del punto crítico.

Esto suele funcionar porque el ciclista que hace el cambio de ritmo también está acumulando ácido láctico, lo que hace que se ralentice un poco después de 2 o 3 minutos de ataque. En este punto veremos corredores que no responden al ataque y siguen acercándose al atacante a su ritmo.

Con un umbral anaeróbico alto, podemos desarrollar mayor fuerza sin acumular ácido láctico. Músculo: dos tipos de fibras musculares Es interesante observar que existen dos tipos diferentes de fibras musculares en los músculos que pedaleamos: lentas y rápidas.

A continuación, las características de cada uno de estos tipos de fibras.

– Fibras lentas. Este tipo de fibras son mucho más tolerantes que las fibras rápidas, y son menos fatigosas. Por otro lado, son menos duraderas que las fibras rápidas.

– Fibras rápidas: Son mucho más fuertes que las fibras lentas, por lo que son mucho más fatigosas y producen más ácido láctico.

La proporción de cada uno de estos tipos de fibra está determinada genéticamente, lo que explica gran parte de la diferencia de rendimiento deportivo entre unas personas y otras en un deporte concreto.

Una persona con un alto porcentaje de fibras rápidas será capaz de saltar y correr mucho mejor que una persona con un alto porcentaje de fibras lentas. Por el contrario, una persona con fibras más lentas será más resistente que otra y, por tanto, mejor en los deportes de resistencia, una decisión genética que puede ayudar a determinar los límites de rendimiento.

Los ciclistas profesionales tienen un alto porcentaje de fibras lentas. Esto no significa que alguien con una fibra predominantemente rápida no pueda montar bien, puede hacerlo, pero seguirá estando algo limitado en términos de resistencia. Sin embargo, este veloz corredor será capaz de rodar más rápido que los demás. Dentro del pelotón, los velocistas se distinguen de otros ciclistas o tienen un mayor porcentaje de fibras rápidas.

Pero, claro, cuando aparecen grandes cuestas antes de la meta y se quedan atrás, les penaliza esprintar con corredores más “resistentes”, es decir, con un mayor porcentaje de fibras lentas. Los atletas de resistencia de élite tienen un 90% de fibras lentas, frente a una media del 40-50% en la población general.

Determinar los porcentajes de fibra de los ciclistas es un proceso muy complejo que no suele hacerse en los laboratorios deportivos, salvo con fines de investigación. Pero empíricamente, basándonos en nuestra experiencia, podemos seguir esta línea de pensamiento para hacernos una idea de nuestra genética.

Un ciclista de fibra lenta tiene, por ejemplo, más resistencia que otros ciclistas (llega a la cima al final de una etapa), pero en un sprint no puede hacer nada.