Para lograr el éxito a largo plazo, los entrenadores deben preparar cuidadosamente a su equipo con ejercicios de calidad durante meses y años para alcanzar su máximo potencial: ¡no hay atajos!
Es fácil ver a entrenadores ansiosos, que no han planificado, corriendo arriba y abajo antes y durante un partido, dando frenéticas instrucciones de última hora a sus jugadores, que probablemente no sean capaces de procesar.
Ya están preparados física y emocionalmente para el juego. Así, el entrenador sólo conseguirá trasladar sus preocupaciones a sus ya nerviosos jugadores, lo que casi con toda seguridad reducirá el rendimiento.
Un buen entrenador no espera que todo salga a la perfección ese día, no deja nada al azar, sino que prepara cuidadosamente a su equipo para las exigencias del juego.
Mediante una planificación y una organización bien pensadas, el entrenador dará a su equipo un sentido de dirección, propósito y realismo a lo largo del programa de entrenamiento.
Sin esto, el entrenamiento no permitirá a los jugadores fijarse objetivos claros que alcanzar durante la temporada. La temporada es un maratón, no un sprint; puede ser larga, tanto para el entrenador como para los jugadores. Tradicionalmente, se divide en tres bloques más pequeños que se unen entre sí.
Esto permite una planificación y ejecución más coherente del programa de formación. Se trata de las fases de pretemporada, temporada y postemporada.
En pre-temporada
Comienza cuando los jugadores vuelven a los entrenamientos tras el parón de la temporada anterior. Los jugadores se preparan para la siguiente fase, la temporada competitiva.
Esta fase se divide en dos partes más pequeñas, para facilitar la transición de una a otra, evitar o minimizar las lesiones y maximizar la progresión. La primera parte es general.
La atención se centra en el trabajo básico y seguro, paso a paso, para construir una base sólida sobre la que seguirá un trabajo más intenso. La segunda parte comienza cuando nos acercamos a la temporada de competiciones y entramos en el trabajo específico.
Esto seguirá el trabajo desde lo más general hasta el mismo trabajo.
El entrenador debe tratar de no exagerar, todavía es demasiado pronto en esta fase. Intenta desarrollar un ritmo de entrenamiento semanal que se mantenga durante toda la temporada.
En competición
Lo ideal sería que los jugadores estuvieran listos para el primer partido de la temporada en este momento: ¡se acabó el entrenamiento, es hora de la acción! En realidad, será muy difícil que cada jugador individual y el equipo en su conjunto estén totalmente preparados y armados para este momento.
El seleccionador buscará resultados rápidos en esta fase, en la que es importante un buen comienzo. Sin embargo, debe ser consciente de que si presiona demasiado a sus jugadores al principio, corre el riesgo de que se lesionen uno o dos jugadores clave.
Esta fase es la más larga y difícil para el entrenador y los jugadores que se pondrán a prueba en esta fase. El objetivo es progresar individualmente y como equipo a lo largo de la temporada y ganar partidos: ¡así de sencillo! Todos dependemos de los resultados, pero el entrenador tiene que conseguir que sus jugadores entren en una rutina semanal en la que se sientan cómodos, independientemente del resultado del partido.
